jueves, 26 de noviembre de 2009

Sobre lxs mediadorxs de lectura, las palabras de Michele Pètit:

“Muchos de ellos son artistas de las relaciones y de la palabra, que ejercen su arte con talento y generosidad, poniendo en juego su experiencia profesional, su intuición, su imaginación. Otros se muestran menos seguros o son más rígidos y piden recetas que nadie podrá darles. La mayoría, ya lo he dicho, se sitúan en el extremo opuesto de la caridad y de las buenas obras: simplemente están convencidos de que todo el mundo tiene derecho a apropiarse de la cultura escrita, y que verse privado de ella expone a una marginación todavía mayor. Sin afectación, sienten sin embargo que lo que hacen es en buena medida una historia de amor: con aquellos a los que acompañan y con los objetos que proponen. Pero, como escribe Thomas Pavel, ‘la inteligencia del corazón no excluye la del intelecto, más bien la convoca’. Supone conocimientos, competencias literarias, una observación atenta, un cuestionamiento en sí mismo, una puesta en tela de juicio. Tanto más porque atraviesan tiempos de desánimo, en los que han perdido hasta el significado de su oficio y de su compromiso, y de su comportamiento, así de incierto es el futuro de lo que hacen, así de amenazado está por el cambio político, la pérdida de un subsidio, el capricho de una autoridad tutelar. Así de difícil es la realidad social, política, a la que se enfrentan."

En El arte de la lectura en tiempos de crisis.